¿De qué manera la improvisación necesita aprender de la okupación para habitar y crear un espacio social lo más autónomo y libre posible?, ¿Cómo podría afectar a la gestión de los gaztetxes si la música improvisada los okupara?, ¿Qué pasaría si los okupas empezaran a hacer música improvisada y los músicos de improvisación empezaran a tomar espacios para su libre gobierno?,¿Cómo podríamos violar los roles e identidades que incluso en los ámbitos alternativos se van reproduciendo? Os invitamos, desde la práctica experimental a producir situaciones irrepetibles e irrepresentables que colapsen tanto la idea de okupa/músico/público como la de charla/asamblea/concierto. Situaciones que nos ayuden a la confeccion de nuevas estrategias.
No hay futuro (R.I.P.)
Okupemos el presente (A.V.C.*)
“En esta constelación de locales ocupados en los que se expresan, digan lo que digan, diferentes formas de agregación colectiva fuera de control, asistimos, en un primer momento, al crecimiento de nuestra fuerza. Organizamos nuestra supervivencia elemental recuperación, robo, trabajo colectivo, comidas comunes, compartir técnicas, materiales, inclinaciones amorosas y encontramos formas de expresión política -conciertos, manifestaciones, acciones directas, sabotaje, panfletos-. Después, poco a poco, hemos asistido a la transformación de lo que nos rodeaba en un medio y de ese medio en escena. Hemos asistido a la promulgación de una moral que vino a sustituir la elaboración de una estrategia. Hemos asistido a la solidificación de normas, a la construcción de reputaciones, a la puesta en funcionamiento de hallazgos, y al hecho de que todo se haya convertido en extremamente previsible. La aventura colectiva ha mutado en triste cohabitación. Una tolerancia hostil se ha adueñado de todas las relaciones. La gente se las apaña. E inevitablemente, al fin, lo que parecía ser un contra-mundo, no hacía más que reducirse al mero reflejo del mundo dominante: el mismo juego de valorización personal en el terreno del robo, de la pelea, de la corrección política o de la radicalidad; el mismo liberalismo sórdido en la vida afectiva, las mismas preocupaciones de territorio, de dominio, la misma escisión entre vida cotidiana y actividad política, las mismas paranoias de identidad. En el mejor de los casos se disfrutaba del lujo de huir periódicamente de la miseria local, llevándola a sitios donde aún es exótica. No atribuimos estas debilidades al formato de casa ocupada. No lo negamos ni desertamos de él. Simplemente afirmamos que ocupar casas sólo volverá a tener sentido si lo entendemos en base al acto de compartir en el que estamos comprometidos. En las casas ocupadas, como en cualquier otro lado, la confección colectiva de una estrategia es la única alternativa al recogimiento en una identidad, a la integración o al gueto.”
LLAMAMIENTO
¿Qué tipo de relaciones pueden establecerse entre la okupación y la música improvisada? En la okupación se intentan generar espacios autodeterminados y autogestionados. En la improvisación se intenta tocar los instrumentos de maneras fuertemente personales rechazando la obligatoriedad de su historia y tratando de establecer una forma también autodeterminada de música y de relación entre los músicos. De esta manera se puede llegar a conseguir producción de subjetividad más allá de la lógica del mercado, pasando esta subjetividad por la producción de objetividad, esto es, por las condiciones materiales en las que ocurre (hay un espacio concreto con problemas materiales específicos; si se construye un escenario o no, arreglar baños, montar una barra o una cocina, etc.).
La improvisación y la okupación comparten una actitud a la hora de cuestionar maneras convencionales de habitar el espacio o la relación con el instrumento y/o el espacio. En los gaztetxes suele haber mayor libertad de comportamiento en términos de sexualidad, moral, pensamiento político, etc. La okupación es la intensificación del presente en lugares determinados, una improvisación con nuestros cuerpos en la cual el futuro es siempre incierto e inestable y lo que nos une es la responsabilidad del momento, del aquí y ahora.
En Euskal Herria existe una tradición muy potente de espacios okupados y autogestionados con fines sociales; los gaztetxes. En la historia de los gaztetxes siempre ha habido una fuerte conexión con el punk, una tradición que aún se mantiene. El punk daba fuerza, coraje y mala ostia a esas primeras patadas cuando los okupas abrían espacios por primera vez. El punk fue mucho más que sólo música: fue toda una movida social que incluía diferentes aspectos desde radios, fanzines, música, literatura, política, etc. Pero la fuerza de la música ha sido, y sigue siendo especialmente importante.
En la relación con los gaztetxes, el punk ha sido clave a la hora de canalizar muchísima energía y creatividad. Por necesidad la gente tenía que buscarse espacios donde poder tocar. Muchos gaztetxes empezaron siendo locales de ensayo y muchas okupaciones han nacido de esta necesidad, convirtiéndose así estos músicos en okupas.
Para tocar punk uno necesita hacer canciones y un espacio donde ensayar. En el caso del punk, la energía se ha traducido a menudo no sólo en ese primer momento de okupación, sino también en acciones concretas y cotidianas para mantener la posibilidad de hacer música. En los gaztetxes, entre muchas otras cosas, la gente se ha organizado para seguir una programación de conciertos con todo lo que eso implicaba desde el punto de vista social.
Pero en estos momentos el punk-rock esta de camino a la tumba a causa de una constante reproducción de clichés y estereotipos, debido a un progresivo ejercicio de auto-agotamiento. Hay “manuales” de buen punk-rock, reglamentos implícitos que se han ido instituyendo con los años de práctica y experiencia social. La “solidificación de las normas” ha ido instaurándose en esa práctica de la que nacieron muchos espacios. ¿Cómo afecta esta normalización desde la música al resto de actividades de los espacios?, ¿no es una nueva institución dentro de los espacios la que hace que casi todo sea tan “extremadamente previsible”?
Sin embargo, en la improvisación, la producción musical tiene lugar al mismo tiempo que su presentación. No hay ninguna estructura prefijada tipo “canción” que medie de manera previsible entre los propios músicos o entre los músicos y la audiencia. Por esto, es posible que cualquier persona se una a la improvisación en cualquier momento, o se retire de ella cuando quiera. La canción punk está fuertemente sujeta a ciertas estructuras como riffs, estribillos, intros, coros, melodías, etc. Sin embargo, la práctica de la improvisación está abierta a cualquier elemento que pueda aparecer en la situación concreta en la que los improvisadores se encuentran. Esta apertura hace posible que, por ejemplo, se pueda mantener una conversación al mismo tiempo que se tocan los instrumentos. Los improvisadores se escuchan e interactúan, al contrario que, por poner un caso, un guitarrista de punk que sólo interactúa con los otros músicos o incluso sólo consigo mismo.
Aunque el punk trate de romper con nociones de virtuosismo y de “tocar bien”, en su versión “rock” todavía se necesita tener un instrumento y tocarlo. La improvisación trata de romper con valores y jerarquías convencionales de lo que es calidad musical. Pero la improvisación también tiene sus convenciones. En los conciertos todavía se reproduce la división entre músico y público: normalmente los músicos suelen ser respetados por sus capacidades y aptitudes musicales. Cuando se empieza una improvisación, puede no saberse bien quién está definitivamente dentro y quién definitivamente fuera, y esto hace que el tipo de relación entre los participantes tenga un carácter público y político. Como dice Jean-Luc Guionnet, cada vez que improvisamos tenemos una nueva oportunidad de construir una pequeña sociedad momentanea y está en nuestras manos decidir de qué tipo será: anárkika, democrática, totalitaria, aristocrática, etc. La improvisación, como experiencia social, pasa por la “confección colectiva de una estrategia” para levantar el espacio de los allí presentes.
En estos momentos gran numero de gente improvisando en Euskal Herria y en numerosas ocasiones se han organizado conciertos de improvisación en diferentes gaztetxes. Pero raramente se ha tenido en cuenta la relación entre esta práctica musical y las connotaciones, repercusiones y posibilidades con este tipo especial de espacios. Con este experimento queremos expandir y explorar lo que puede llegar a ser la improvisación en relación con la okupación.
Experimento:
Queremos colapsar los formatos de charla, conversación, asamblea y concierto para producir un espacio social lo más abierto posible. Palabras, gestos, ruido, silencios... Cuestionando las barreras habituales entre okupas, músicos y público. No se trata de definir este experimento de una manera concreta (situación cotidiana, performance o concierto), sino de crear una situación única e irrepetible para todas las personas que participemos. No necesitamos escondernos en expectativas. Se trata de intentar abordar la relación con el entorno desde una perspectiva diferente, sin reproducir roles ni jerarquías pre-establecidas (ej. que los músicos son agentes activos y el público un ser pasivo).
Hablaremos, tocaremos y nos relacionaremos de diversas maneras que no tengan que ser ni una cosa ni la otra, pero sobre todo de manera que la propia práctica nos descubra sus posibilidades. Con este experimento queremos no sólo conocer mejor la situación actual de los gaztetxes en Euskal Herria, sino producir situaciones que nos ayuden a entender qué puede llegar a ser la okupación en relación a la improvisación y viceversa, qué relaciones pueden existir entre estas dos prácticas y de qué manera se pueden complementar en una experiencia social y cultural tan potente como la de los gaztetxes.
Fechas:
24 de agosto presentación Txorimalo Gaztetxea, Algorta 7pm
25 de agosto Udondoko Gaztetxea, (Udondo Enparantza 18. Leioa) 7pm
27 de agosto Matadeixe, Azkoitia 7pm
28 de agosto La kaxita, Irun 7pm
¡Que venga el que quiera, ni se cobrará ni se pagará por participar!
Agosto 2009
MATTIN / LOTY NEGARTI
*(Asociación de Victimas del Capitalismo)
Nota: en algunos casos los gaztetxes han sido contactados y la gente ya sabe que vamos. En otros casos donde no hemos conseguido contactar simplemente nos acercamos sin que sepan nada.
Nota 2: Este texto se escribió para un experimento muy específico que tuvo lugar durante las fechas citadas, es por tanto un texto para la práctica más y no pretende ser una teoría cerrada.
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