lunes, 7 de noviembre de 2005

Esquelas

Hechos que pueblan el espacio y que tocan a su fin cuando alguien se muere pueden maravillarnos, pero una cosa, o un número infinito de cosas, muere en cada agonía, salvo que exista una memoria del universo, como han conjeturado los teósofos. En el tiempo hubo un día que apagó los últimos ojos que vieron a Cristo; la batalla de Junín y el amor de Helena murieron con la muerte de un hombre. ¿Qué morirá conmigo cuando yo muera, qué forma patética o deleznable perderá el mundo? ¿La voz de Macedonio Fernández, la imagen de un caballo colorado en el baldío de Serrano y de Charcas, una barra de azufre en el cajón de un escritorio de caoba?

De El Testigo, J.L. Borges

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La muerte es ese proceso donde llegamos realmente a la vacuidad y a la enormidad a través del dolor y transformación evolutiva,
una vuelta a la materia en descomposición.
Pero en nosotros existe esa materia de la memoria presente que nos modifica como seres ajustados por significantes y objetivos de motivaciones familiares,sociales y politicas que se engendran en el amparo de nuestra autonomia.
La memoria es el eco de las experiencias sensibles humanas captadas y gestionadas por los catalizadores de la información sensitiva y sintetica.
ALI TRUTA

Anónimo dijo...

No entiendo el pero (sic), aceptando que la memoria no sea nosotros sino algo que forme parte de ese nosotros desde luego creo que desaperece con la muerte (desaparece el nosotros, la memoria...) Y a no ser que consideres que tras la muerte nuestra memoria se une con una especie de supra-memoria que todo recuerde hay algo que no entiendo.
La muerte como proceso que nos lleva a la nada, pero... no hay peros sólo muerte. Ah, que quizás hablas del recuerdo que otras personas tengan de mí (de tí...) tras mi (tu...) muerte. Yo, mi, mio... no metas a los demás en esto, no les incumbe.

Anónimo dijo...

como no les va a incumbir si ellos son yo y yo soy ellos.

Anónimo dijo...

(...)¿El dolor de los otros?... ¿Tienes remordimiento adelantado
De que te lloren?
Descansa: poco te llorarán...
El impulso vital apaga las lágrimas poco a poco,
Cuando no son por cosas nuestras,
Cuando son por lo que le sucede a los otros, sobre todo la muerte,
Porque es la cosa después de la cual nada sucede a los otros...
(...) Y después el principio de la muerte de tu memoria.
Hay primero en todos un alivio
De la tragedia un poco inoportuna de que hayas muerto...
Después la conversación se aligera cotidianamente,
Y la vida de todos los días retoma su día...

Ellos soy yo hasta que muero. Despues yo dejo de ser sin embargo ellos siguen... cómo vamos a ser lo mismo si yo ya no soy.

P.D.: el poema (el fragmento) es de Pessoa.