jueves, 24 de marzo de 2011

Elizabeth Taylor, in memoriam



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Te vi por primera vez cuando tenía, creo, doce años, y me la sudaba una barbaridad el arte y la literatura y el cine. Vaya, me la sudaba todo. Te vi porque tenía tele, claro, y porque mis padres a veces me dejaban ver la tele después de las diez, en su cama. Un día pusieron (inconscientes ellos, ignorantes de las circunstancias) “La gata sobre el tejado de cinc”, y me enamoré de ti. Irremediablemente. Tus ojos, esos ojos imposibles. Y hasta hoy he estado enamorado de ti.

Hoy te has muerto.

¿Y qué? Algunos me llaman poeta. Por eso digo, sin vergúenza alguna, que sigo enamorado de ti, bella Cleopatra. Y seguiré.

Díle, eso sí, a tu inevitble Richard Burton que te lo verás por ahí en la muerte; quizá no le mole mucho, dile que no soy un buen tipo, pero que te alcanzaré tarde o temprano. 


Y que te recordaré siempre triste. Siempre triste.
Gracias por todo, bella. Hasta siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

MY TAYLOR IS RICH

ai.