Te vi por primera vez cuando tenía, creo, doce años, y me la sudaba una barbaridad el arte y la literatura y el cine. Vaya, me la sudaba todo. Te vi porque tenía tele, claro, y porque mis padres a veces me dejaban ver la tele después de las diez, en su cama. Un día pusieron (inconscientes ellos, ignorantes de las circunstancias) “La gata sobre el tejado de cinc”, y me enamoré de ti. Irremediablemente. Tus ojos, esos ojos imposibles. Y hasta hoy he estado enamorado de ti.
Hoy te has muerto.
¿Y qué? Algunos me llaman poeta. Por eso digo, sin vergúenza alguna, que sigo enamorado de ti, bella Cleopatra. Y seguiré.
Díle, eso sí, a tu inevitble Richard Burton que te lo verás por ahí en la muerte; quizá no le mole mucho, dile que no soy un buen tipo, pero que te alcanzaré tarde o temprano.
Y que te recordaré siempre triste. Siempre triste.
Gracias por todo, bella. Hasta siempre.
1 comentario:
MY TAYLOR IS RICH
ai.
Publicar un comentario