sábado, 16 de abril de 2011

SIN DESCANSO. PRIMER CAPÍTULO



1.

Se ha acabado otro día. Como un cigarro que alguien apaga en la oscuridad; antes de dormir, siempre oscuridad. La oscuridad del silencio, de la bombilla vacilante.

Tictac.

Se ha acabado otro día. Imagino: cabizbajo ante la luz del flexo, cierro los ojos. Un momento; en la ausencia se cierran los ojos y al cerrar los ojos soy más ausencia. Salto entre márgenes. Voy a algún lugar desconocido saltando entre márgenes que convergen en horizonte. Horizonte de creación que vivo como un poema bueno y rojo anaranjado, donde pueden distinguirse algunas siluetas. ¿Quiénes son? Esto no importa. ¿Y qué es lo que importa, entonces? La rugosidad que siento en mis yemas.

 
Al abrir los ojos abro también mis manos, veo y toco mi habitación, siento mis ojos vertiéndose sobre el papel: fértil ojo, esperma. Papel blanqueándose al tacto y siendo cada vez menos papel y más Historia.

juan manuel uría

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