Personajes
AY, carpintero imperial.
UYUY, poeta esperpéntico.
BUÁBUÁ, cepillador de hierba.
DOLORES, becaria en precario de una empresa de emisiones tristes.
EHHHH, un portavoz.
ALF IV, Caudillo de Kierkegaard23
En el planeta Kierkegaard23, de la constelación del Can Menor, están angustiados por su condición existencial. Como la angustia, como se sabe, si no se vehicula convenientemente puede dar paso a la indignación, unos 2000 kierkegaardianos, también conocidos como rodianos, se han concentrado espontáneamente frente a la residencia oficial del gran Caudillo por la gracia de Achís (Achís es el Dios de los rodianos): Alf IV. Se han concentrado en señal de protesta por la angustia que sienten y por la crisis de desesperación rampante en la que viven en los últimos años, lo que ha hecho que la tasa de suicidios se haya elevado un 200% sólo los jueves.
Situación escénica: En el fondo la fachada de la residencia con gran balcón. Ante la fachada, desordenadamente, un grupo heterogéneo de rodianos. Entre ellos los personajes de la obra, un poco más cercanos al público.
DOLORES: ¿No va a salir ese majadero a dar la cara o qué?
UYUY: No se atreve, el muy cagueta. (A AY). ¿Has traído el gato?
AY: Sí, aquí está. (Señala una bolsa de lona negra). ¿Estás seguro de que funcionará?
UYUY: Dicen que no se puede resistir a los gatos. Es su alimento existencial.
BUÁBUÁ: Pero, no sé…tengo dudas… ¿estáis seguros de que lo que vamos a hacer es lo correcto?
DOLORES: Mira, majete, estoy ya hasta la mismísima teta[1] del buenrrollismo. Llevamos no sé cuánto tiempo así y todo sigue igual. Ha llegado el momento de las acciones directas, contundentes y decisivas. ¡Hay que confrontar, joder!
BUÁBUÁ: No sé…a mí me da una penita que no veas… ¡qué ganas de llorar! ¡Por Achís bendito!
UYUY: Asamblea, tócate el huevo[2].
AY: ¿Otra vez? ¡Naikikikikión![3] ¿Para qué coño es ahora?
UYUY: Para decidir si batahola debe llevar h intercalada o no.
AY: ¡Las madres que me parieron![4]
Se les acerca uno de los portavoces.
EHHHHH:Esto…eh…no sé si…eh…vamos a empezar la asamblea…eh…esto…estaría bien que participarais…eh…no sé…uh…
UYUY: ¿De verdad que hay que debatir sobre esa chorrada?
AY: ¡Naikikikmikikikikikión!
EHHHH: Por favor…eh…un poco de tranquilidad, eh…y de respeto…eh…que no somos terrícolas[5].
DOLORES: Se acabó con la gaita. Te voy a enseñar yo lo que es el movimiento, so pusilánime. (Saca el gato de dentro de la bolsa. El gato bufa).
EHHHH: ¡Pero…pero qué hacéis…eh…terroristas…eh…os estáis saliendo del marco de actuación y decisión…eh…marranos! (Recibe un guantazo de UYUY).
Dolores se encarama al balcón, abre la puerta y lanza el gato dentro. Al rato sale Alf IV, trastabillando.
ALF IV: ¡Aggg, malditos desgraciados! Qué me habéis hecho…me habéis matado, me muero, ah. (Cae muerto, en un estilo muy shakesperiano).
DOLORES: ¡Hurra! ¡El fascista ha muerto! ¡Victoria!
EHHHH: Pero ¡qué habéis hecho, insensatos!
UYUY: El gato estaba inflado de estrictina.
EHHHH Y LA MULTITUD CONCENTRADA: (Desordenada pero coordinadamente). ¡Esos no son nuestros métodos! ¡Asesinos! ¡Malas personas! ¡Disidentes! ¡Magnicidas! ¡A por ellos! ¡Matémoslos! (Todos gritan a una). ¡Sí matémoslos!
AY: ¡Corramos!
DOLORES: ¡Mira por dónde que después de todo han conseguido consensuar algo!
UYUY: ¡Joder con los buenrrollistas!
Salen corriendo por la izquierda con la masa persiguiéndoles.
Telón.
J.M.U.
1 comentario:
ja, ja, buenísimo y sutíl, ja, ja. Espero que las mujeres salgamos beneficiadas. Viva la lucha.
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