viernes, 9 de septiembre de 2011

¡OH, MARILYN!

Para nombrarte he clausurado los
focos violetas
las espadas de los gnomos del cristal,
las lentejuelas
y sus adagios de latón
y cartón piedra.
He desandado las hilachas del
neón, la necrofilia
dorada que relame tu retrato;
me he desangrado entre
haces de alcanfor, en canículas
infectas de carmín, en platós
selváticos con ríos anteriores...
por la autopista sangrando, vomitando
arcángeles de nylon, crinolinas,
púrpura enigma de tus
prendas interiores. Para decirte,
para auscultarte
por encima de los rótulos, de los
días sin fecha entrelazados
a las aladas diademas de los pájaros
o a los nenúfares que olvidan
el otoño.

(Como una llaga amarga cae la música
sobre tus hombros
con sus últimos jirones...)
Y cae, oh Marilyn, la suave hoja de tu párpado,
el gemido que aunan tus espejos,
la panacea de tu muslo y de tu sexo,
¡Verde conífera de falda desbocada...!
Alma desnuda de la cámara imposible, Niágara oculta;
cómo esos sueños de ceño cejijunto
sorben sin pausa tus ajadas
cicatrices. Oh Marilyn,
para nombrarte, para posarte en su sol,
para esculpirte... han soterrado la raíz
de un pueblo indígena, su voz hermosa
de cascadas y praderas. Y, ahora, su estirpe
vuelve  a sembrar un falo tierno
entre tu invierno.

Yo preparo en su angostura
un lienzo nuevo
para plasmar cada vaivén de tu cintura,
el eco tierno de tus alas
perforadas,
calcinadas
por las cejas de la luna.
Para nombrarte azul
a tu pesar, para
incendiarte
junto a las tardes de Long Island,
avenidas de New York, bosques
de Tenessee,
pantanos de Florida, noches
de Boston,
preámbulos de Ohio,
acantilados gigantescos,
vastos desiertos, racimo
pendular de los estados del crimen
y la droga,
de la polución, del desarrollo
liberal,
del chantaje "under-ground" y
de la NASA,
de la turbia y "rasa" inde-pendencia
y del bosquejo venidero
en la memoria.

Para nombrarte, sí. Para decir de
tu verdad de flashes y
cosméticos...
porque eres tú, oh Marilyn,
y no Walt Whitman
el legado de la antigua singladura,
la profeta de la América
PRESENTE.

Pablo González de Langarika, de "Del corazón y otras ruinas".

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