El manifiesto puta rechaza analizar y entrar a debatir cualquier juicio de valor que nazca del poder macho, tan sólo recurre a ese poder con la sana intención de escupirle. Para las putas autónomas la palabra prejuiciada del poder macho tiene el valor de la mierda. Ya sabemos cómo nos consideran, pues han tenido tiempo de demostrarlo. Nos han demostrado cómo nos desprecian y desean, cómo se recrean paseándonos como el estereotipo indigno al que nunca se debe imitar, cómo nos persiguen con leyes antisexo femenino. Les asusta el control de las mujeres sobre sus cuerpos. Les asusta que les imitemos y nos imitemos a nosotras mismas en versión poderosa y autocomplaciente, por eso nos ridiculizan y vetan nuestras decisiones. Les asusta que seamos putas dominantes, promiscuas e infieles, ambiguas, infértiles y desvinculadas de la familia patriarcal.
Beatriz Espejo, de "Manifiesto puta".
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