La higiene sirve para conservar la salud y evitar las enfermedades. Por eso debéis guardar todos los preceptos que a continuación se os indican.
Cuando vayáis todas las mañanas a los lavabos debéis desnudaros de medio cuerpo arriba, para lo cual colocaréis la ropa en un lugar seguro, donde no moleste a los demás ni pueda extraviarse. Una vez hecho esto os lavaréis bien la cara, manos, orejas y cuello, y por debajo de los brazos, con jabón. Siempre cuidaréis de tener una pastilla de jabón en vuestra bolsa de aseo.
Los Soldados sucios se exponen a sufrir infinidad de enfermedades de la piel, y además son molestos para sus compañeros, ya que es natural que a nadie le agrade convivir con una persona sucia.
Es frecuente entre algunos de vosotros un "horror" a la ducha, cosa que debéis evitar, pues no es de personas cultas y limpias. Cuando le toque ducharse a vuestra Compañía debéis recibirlo con gusto y alegría y, por consiguiente, no esconderos, pues al hacerlo no solamente atentáis contra la disciplina del Cuartel, sino que también lo hacéis contra vuestra salud y la de vuestros compañeros, que tienen perfecto derecho a que todos estéis limpios.
Es de alabar el hecho de muchos de vosotros que solicitan con frecuencia permiso para ducharse fuera del turno de su Compañía, y siempre se les da mayores facilidades para hacerlo, mientras lo permiten las circunstancias.
Al ducharos debéis enjabonar bien todo vuestro cuerpo, especialmente por las partes cubiertas de vello, que son las más sudorosas.
Con los pies debéis tener especial cuidado, para lo cual debéis mudaros de calcetines con frecuencia y lavaros los pies diariamente en verano.
Todos los días debéis lavaros la boca con pasta dentrífica que también tendréis siempre en vuestra bolsa de aseo. Con un centímetro de pasta os frotaréis los dientes, en todos los sentidos, durante dos o tres minutos al menos, terminando por enjuagar bien la boca con agua.
Siempre que alguno de vosotros observe que tiene ladillas, piojos o sarna debe acudir inmediatamente a la Enfermería para que le den los remedios con que limpiarse. Nunca tenga vergüenza de hacerlo.
El pelo debéis llevarlo siempre bien cortado, que no sobresalga por fuera de la gorra.
Como en los Cuarteles funciona el Tren de lavado con regularidad, no podéis excusaros de tener siempre vuestra ropa interior perfectamente limpia, para lo cual os mudaréis al menos una vez a la semana.
José Cuevas Fernandez, Teniente de Infantería de Marina, de "Manual del Soldado de Infantería de Marina", 1952.
No hay comentarios:
Publicar un comentario